Vistas de página en total

martes, 14 de febrero de 2012

Un pellizco de infinito


Los dedos de las manos son los cangrejos del alma.
El arte de la iluminación es la práctica artística más gratificante. Nunca se disfruta tanto del color, como rellenando el dibujo trazado por otro. Esas estructuras de perfil negro que sugieren las cosas y las personas en los cuadernos de colorear, no alcanzan su plena entidad gráfica, hasta que no están avivados por los colores subjetivos de quienes los pintan.
La fotocopia en blanco y negro genera una plantilla perfecta para cualquier veladura de color que quiera posarse sobre ella. Así lo experimentó Faba, cuando encuadernaba este libro fotocopiado de una rara edición de Danzas clásicas de la India. Su autora, Kay Ambrose, fue una artista y escritora británica, que llegó a ser la directora artística de la Compañía de Ram Gopal, uno de los bailarines hindúes más reconocidos internacionalmente, en la 2ª mitad del S. XX. 
Este libro valioso y raro llegó hasta Faba, a través de un alumno suyo, que a su vez tenía una maestra –actriz y bailarina- que lo había comprado en su único viaje a la India. Toda una cadena, la de la educación, para transportar el conocimiento y la pasión, (por todo lo que se hace), de una generación en otra.
Con pinceles mojados en agua envenenada con pigmento, deslizó Faba sus trazos como si fuera una serpiente, que avanza de noche por la selva. Y gozó siendo ofidio, mecido por la cuna que forman estas dos manos de mujer en plena danza.
Los mudras, o astas, son un lenguaje que desarrollan con las manos los bailarines y bailarinas hindúes, para referir al público información adicional, a lo que el narrador está cantando, a la par que provocan ciertos estados emocionales, generalmente místicos o trascendentes. Aunque se encuentran codificadas como un lenguaje, (los hindúes fueron los primeros en publicar una gramática; su autor, Panini, es patrón de los filólogos), el público capta los mudras más por su valor visual, rítmico o emotivo, que por el desciframiento de un significado.
Estas manos azafranadas, con sortijas y brazaletes dorados, parece que están intentando transmitir algo así como un pellizco de infinito sobre las cosas que vivimos. Quizás tras ellas se encuentren todas las manos de mujer que hicieron posible tanto este libro, como que desembocara en este blog, gracias al empeño e ilusión que transmitieron a sus discípulos.

Kay Ambrose. Classical Dances and Costumes of India. 1950.

No hay comentarios:

Publicar un comentario