El dolor es un camino de perfección, la corona de espinas su emblema.
En la madrugada cordobesa pueden encontrarse muchas apariciones fantásticas.
Cerca de un templo romano, y en el mismo recinto que una parroquia fernandina, una bulliciosa Cofradía de Semana Santa deja abierta sus puertas a los paseantes sonámbulos; y les muestra sus tesoros de plata y oro, en sendas vitrinas luminosas que flanquean su entrada. En el centro de una de ellas, gravita la corona de espinas que Faba ha intentado retratar en esta imagen.
El soporte del dibujo es una carpeta usada de cartulina rugosa color carmín, (que en principio fue escarlata), sobre la que el dibujante trazó con lápices de pastel, los espinos como rayos luminosos y algunas de sus sombras.
En el triángulo inferior izquierdo, pueden verse reflejadas sobre el cristal las losetas flamencas del suelo.
En el triángulo inferior izquierdo, pueden verse reflejadas sobre el cristal las losetas flamencas del suelo.
¡Coronas para los dioses, coronas para los muertos!
Siempre supera una corona, a quien la lleva puesta.
RUEGOS FINALES
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